Rocío
Maltrato, Desinterés, Soberbia
Si bien los trabajos me parecieron muy interesantes, no así el trato de los docentes, que hizo que muchas alumnas dejaran la cursada una o dos semanas antes de la entrega de fin de cuatrimestre.
Durante este segundo cuatrimestre las faltas de respeto y el maltrato aumentaron notablemente. Ir a corregir cada clase era una situación sumamente desgastante ya que esperábamos las correcciones con miedo. En muchas de ellas hubo risas, burlas, caras de sarcasmo y hasta desinterés por los trabajos al punto tal de que durante una de las clases me acerqué a la corrección individual y la Adjunta Bonilla miró mis láminas y dijo: - “Esto no lo quiero corregir”. Y después de ese comentario se puso a mirar su celular.
La falta de interés que mostraron a la hora de la corrección de los trabajos, más las pocas explicaciones que nos daban ante las dudas a las alumnas, afectaron el rendimiento de la cursada. Todas las clases había que empezar prácticamente desde cero produciendo así una gran inseguridad personal a la hora de diseñar, al punto tal de replantearme la carrera con solo dos materias faltantes para recibirme.
La última entrega antes de la entrega final, los docentes miraron mi trabajo y dijeron “que había avanzado”, “que la propuesta era muy interesante pero que no me alcanzaba para aprobar el cuatrimestre”. Que “aunque entregara el 28 de Noviembre las correcciones de los trabajos desaprobados durante el cuatrimestre, iba a tener un dos”, por lo que me dijeron que “no entregara”, una semana antes de terminar la cursada. Luego de esto Lorena Bonilla agrego: -”Encima enchinchaste al lado de ella (una compañera con un muy buen trabajo), cómo te dio la cara?”, entre otros agravios.
Esa clase muchas alumnas terminamos llorando por el maltrato recibido y la angustia que genera postergar un año más la carrera a poco de recibirnos. No la recomiendo para nada.
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